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Fronteras que indignan y motivan

Por Julio Raúl Chullunquía

Publicado: 2023-04-24

La semana pasada visitamos la frontera de Perú y Brasil, específicamente las ciudades de Iñapari y Assis, respectivamente. Para tristemente corroborar algunas críticas diferencias que nos habían anticipado tanto en el sector salud y educación.

Lo que hicimos fue contrastar la realidad material de las postas y colegios de ambos países, teniendo en cuenta que se trata de establecimientos fronterizos que se encuentran a 5 minutos en auto.

Visitamos la posta de Perú y vimos lo siguiente:

• Solo se tiene 1 médico y 3 enfermeras

• Atienden en promedio solo a 17 pacientes al día

• Los pocos equipos que tienen son mal utilizados por falta de personal capacitado.

En cambio, en la posta de Brasil verificamos los siguientes datos:

• Cuenta con 05 médicos, tres tecnólogos médicos y 16 enfermeras

• Atienden en promedio 80 pacientes por día

• Tienen Equipos médicos: Rayos X, Electrocardiograma, Cirugía menor, laboratorio.

• Cuentan cocina y brindan  alimentación para pacientes y el personal de salud.

• Cuentan con médicos especialistas vía telemedicina

La gerente de la posta rural de Brasil nos mencionaba que la salud en su país es un derecho plasmado en su constitución desde el año 1988 cuya característica principal es que es universal y gratuita. Allá solo tienen un  sistema único de salud;  en Perú que tenemos Essalud y Minsa.

También vistamos los colegios en Perú y verificamos los siguientes datos:

• Cuenta 10 profesores y atienden a 180 alumnos

• No cuentan con electricidad ni biblioteca

• Alumnos estudian bajo un árbol por falta de aulas

En cambio, en el colegio de Brasil:

• Cuenta 18 profesores y atienden a 400 alumnos

• Cuentan con buses escolares gratuitos

• Tienen dos comidas meriendas gratuitas, uno a las 7am y otro a las 11 am.

• Cuentan con profesores individuales para alumnos con habilidades especiales.

Verificar y contrastar estas diferencias de realidades tan marcadas in situ, indefectiblemente, me llevan a la pesimista reflexión de que el destino de un niño está predeterminado en si tuvo la suerte de nacer en el Brasil o el infortunio de nacer en el Perú.

Sin embargo, quiero utilizar esta dolorosa e hirviente indignación como combustible y motivación para que juntos con otros ciudadanos entreguemos nuestras vidas por una causa que creemos justa: La de tener un país enrumbado al desarrollado donde prime la solidaridad, la excelencia y el amor por la patria.



Escrito por

Alejandra Martinez

Periodista egresada de la PUCP con experiencia en periodismo digital en temas de política y economía


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