Escenario Internacional

El mundo, después del escenario de la pandemia del COVID 19, empezó su recuperación económica progresiva hasta que estalló la guerra entre Rusia y Ucrania, conflicto bélico que trajo consecuencias materiales para América Latina y el Perú. Todo ellos por cuestiones de índole económico y político.

Por cuestiones económicas; vemos que Rusia y Ucrania producen el 30% de todo el trigo del mundo. Obviamente en un contexto de guerra iban priorizar su mercado interno antes que vender afuera. Por lo que a menor oferta la demanda aumento y el precio internacional subió.

Por cuestiones políticas, Rusia es el principal abastecedor de energía, en especial de gas, de la Unión Europea. Rusia vende el 40% de todo el gas que consumen los europeos. Y hasta ahí todo bien; sin embargo, al “todopoderoso” Estados Unidos se le ocurrió bloquear y sancionar económicamente a Rusia, ordenándole a sus aliados (países europeos) que bajo ninguna circunstancia no le compren gas barato a Rusia, esto ocasionó que los costos de transporte y de producción se elevaran haciendo sus productos más caros.

¿Y esto cómo nos afecta?

Resulta que nosotros importamos muchos productos europeos, por ejemplo los fertilizantes que son tan esenciales para la producción de nuestros alimentos. Resulta que el precio del los fertilizantes terminaron hasta por cuadriplicarse debido a las sanciones que EE.UU le impuso a Rusia. ¿Porque los países latinoamericanos debemos pagar por las consecuencias de las decisiones caprichosas de ciertos países poderosos?

Otro aspecto que impacto en nuestra recuperación económica fue la política “Cero Covid” de China que ralentizó su producción y por ende redujo sus compras de materia prima a países primario exportadores como el nuestro.

Todos los factores anteriores propiciaron que nuestro país tenga que endeudarse internacionalmente.

Revisemos algunas estadísticas globales sobre deuda:

Si el mundo fuera un país, tendría un coeficiente de deuda de 94.4% del PBI.

Los países desarrollados son los que más deuda tienen.

El promedio de deuda de los 35 países emergentes es 75% del PBI.

El promedio de deuda de los países de América Latina es de 70% del PBI.

El coeficiente de deuda del Perú, al 2022, es de 34.9% del PBI.

Podemos concluir que tenemos la mitad de deuda de los países latinoamericanos, una de las más bajas de la región. Solo gastamos 1.5% del PBI en pago de intereses.

Reglas Macro fiscales

En nuestro país tenemos la Ley N° 3154 de adecuación a las reglas macrofiscales donde se ordena que en el mediano plazo nuestro déficit fiscal debe ser de 1% y la deuda publica debe ser no mas del 30% con respecto al PBI.

De acuerdo al grafico anterior, recién el 2030 estaríamos llegando a la meta del 30%.

Ahora teniendo en cuenta que la deuda promedio en el mundo es 94%, la deuda de América Latina es de 70% y la del Perú es de 34.9%. Cabría preguntarse:

¿Es bueno o malo tener Deuda Pública?

Per se la deuda no es buena ni mala, sino depende para qué se usa.

Ciertos personajes políticos de cierto sector ideológico propugnan que la deuda pública siempre debe ser la menos posible y que está mal que se gaste mas de lo que se ingresa. Que puede sonar lógico y razonable hasta cierto punto.

Sin embargo, si un país ansía ser desarrollado tiene que encontrar la manera de financiar ese desarrollo.

Es como una pareja joven de esposos que decide comprar casita para pagarla en 10 o 15 años. Van a tener que endeudarse en el corto plazo; pero en el mediano plazo se ahorrarán en el pago de alquileres y finalmente la casa será de ellos. A nadie se le ocurriría criticar a estos jóvenes por haber tomado un préstamo que claramente sobrepasaba sus ingresos iniciales.

Otro ejemplo es la de un estudiante que decide dedicarse netamente a estudiar ingeniería por 5 años; tiempo en el cual no generará ingresos, por el contrario solo gastos y pagos de pensiones a la universidad; pero que finalmente al terminar su carrera será un buen profesional que pagará con creces su financiamiento y además tendrá una carrera que le permitirá vivir cómodamente con su familia de por vida.

No hay mejor ahorro que una buena inversión