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La pandemia ha dejado a muchos trabajadores desempleados y hoy es prioridad en los debates económicos plantear soluciones para revertir dicha situación.

Desde las voces del liberalismo peruano se plantea aplicar la flexibilización laboral como medida para recuperar rápidamente los empleos perdidos. Específicamente, proponen  eliminar temporalmente el salario mínimo vital dado que, según ellos, fomentaría un shock de oferta positivo. Ya que el productor tendría el poder de decidir cuanto pagar, lo que implica una reducción de los costos de producción y que aumente la cantidad de productores; por ende más ofertas de empleo.

Argumentan y ponen como ejemplo a países del primer mundo: Dinamarca, Finlandia, Suecia, Italia, Chipre y Austria que son países que no tiene salario mínimo, están muy cerca del pleno empleo y tienen los salarios más altos del mundo. Sostienen que al no haber regulación existe una enorme oferta laboral.

Lo que olvidan decir

Es que los anteriores países mencionados también cuentan con las tasas de sindicalización de trabajadores más altas del mundo. Según la OCDE (2018), Dinamarca con 91%, es decir 9 de cada 10 trabajadores pertenecen a un sindicato, y así sucesivamente Finlandia (83%), Suecia (72%), Italia(59%) , Chipre(55%) y Austria(53%).

Asimismo son estos países en donde se producen la mayor cantidad de huelgas laborales en el mundo.

Razón por la cual dichos sindicatos tienen igual o similar poder de negociación ante la patronal. Asimismo, por ley, los sindicatos cuentan con asientos en los directorios de las empresas; lo que les permite conocer la situación real del estado de ganancias y pérdidas; y así poder fijar salarios de manera justa y objetiva.

Es más, muchos de ellos se oponen a la fijación de un salario mínimo ya que mediante las negociaciones colectivas los sindicatos consiguen salarios más altos.

 Se podría concluir que los países que no cuentan con un salario mínimo vital y que a su vez tienen alta tasa de empleo y salario son a consecuencia de tener sindicatos grandes y fuertes. 

No es que la desregulación y la mano invisible del mercado traigan por si solas la prosperidad para los trabajadores.

Si los colegas liberales plantean eliminar el salario mínimo para impulsar la oferta laboral y así recuperar el crecimiento económico, creo que se equivocan rotundamente.

No solo porque los sindicatos en el Perú son débiles y con nulo poder de negociación, la tasa de sindicalización en el Perú es de 5.2% (MTPE 2018). Serían arrasados en las negociaciones colectivas.

Si no que disminuir salario indirectamente genera un shock de demanda negativo lo que es contraproducentemente al crecimiento del producto (PBI).

Me temo que detrás de esta propuesta está la ideología del “Cholo Barato” para hacer que los costos de la recuperación económica recaigan en los trabajadores y en los más pobres.