Estos son los fundamentos macroeconómicos que ayer resaltaba la ministra Alva, contrariamente a lo que ella pregona como un logro, son los indicadores que precisamente llevaron al Perú a tener tantos fallecidos, tener una educación de pésima calidad y por sobretodo tener el sistema de salud más precario de América Latina. 

No hay mejor ahorro que una buena inversión y es lo que el MEF y un grupo de tecnócratas siempre desdeñaron desde una oficina en el Centro de Lima sin saber muy bien cómo afecta a todo el país, el tener una deuda pública del 27% del PBI, el tener un déficit fiscal de 0.6% del PBI, el tener un 30% del PBI en reservas fiscales y una inflación de 2.7%, simplemente lo que hace es invertir menos dinero en el presente, tener menos médicos y enfermeras, invertir menos en su formación, pagar poco a maestros, tener menos infraestructura adecuada para ser más productivos, no tener metro que no permita tantos contagios en el sistema más precario de transportes de América Latina, no tener oxígeno en cada posta y hospitales, y tener pocas postas y hospitales con adecuada implementación.

La ministra lo resalta como un logro sin ver más allá de los impactos que causó esta política de “responsabilidad fiscal”, responsabilidad que mató y mata a personas; el año 2017 tuvieron que hacer su huelga los maestros 90 días para recibir un salario que aún está alejado del promedio latinoamericano y ni qué decir comparado a salarios del primer mundo, habiendo una razonable disponibilidad para planificar un aumento sostenido que mejore la educación en un quinquenio, de manera análoga en el sector salud.

Nadie duda de la importancia de la predictibilidad de la economía en función a metas fiscales, pero está claro en el cuadro los países que gastaron más, que tienen más déficit fiscal, que tienen un poco más de deuda, que tiene una relativa tolerancia a una inflación un poco más alta y que tienen menos reservas internacionales, son los que gastaron más en servicios públicos y ello al final del día es bienestar en el ciudadano, pensar en el bien común y no ceñirse a reglas fiscales impulsada por una ideología neoliberal que llevó a este país a la peor crisis de los últimos 100 años y que no solo afectó la imagen de un país, sino que mató a miles de ciudadanos peruanos.

La ministra puede ser joven y tener un gran título pero mantiene las viejas ideas de una tecnocracia del MEF, y es este MEF el que no debe escapar de su responsabilidad, porque ellos son los que diseñan el presupuesto de la nación cada año y cada año no se invirtió en el bienestar de la población como debió haber sido con las consecuencias que hoy lamentamos, y que necesariamente tiene que ser cambiado por el bien del país.