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La evaluación del 2020 en tiempos de coronavirus y la Planificación del 2021

Por Guillermo Molinari Palomino Ex viceministro de Gestión Pedagógica del MINEDU

Publicado: 2020-08-25

Frente a todas las dudas e incertidumbres que se vienen dando en las últimas semanas sobre la evaluación y la promoción de grado de los estudiantes de la Educación Básica, intentare sugerir varias alternativas sobre las que la autoridad nacional del sector educación pueda construir planes más claros y decisiones más concretas para los docentes y comunidades educativas en el marco de la emergencia sanitaria. 

Es muy importante tener referentes que nos permitan tener claridad en los pasos a seguir de aquí hacia el final del periodo lectivo 2020 y el desarrollo del 2021; en esa línea quiero señalar los planteamientos de Andrés Peri (Director de la División de investigación, Evaluación y Estadística ANEP/Uruguay) que nos manifiesta en primer lugar: “…Prefiero hablar de educación a distancia y no solamente conectarse a plataformas porque hemos visto en este período que la inventiva ha encontrado formas de contactarse que van más allá de plataformas”. Sobre esta primera observación vemos como nuestros docentes y comunidades educativas han propuesto diversos mecanismos y estrategias para que los estudiantes puedan conectarse con sus docentes y tener acceso a las correspondientes enseñanzas y aprendizajes, situaciones que debemos valorar pero además acompañar y dar pautas que les permitan a los docentes reconocer los avances de sus estudiantes en el marco de un sistema de evaluación formativa. Situaciones que nacieron de las propias comunidades educativas y no de normas expedidas y dirigidas por el órgano central del sector educativo.

Luego como otro argumento importante que nos da Peri, apreciamos que: “…no en todos los casos podemos asegurar que todos se conectan a una plataforma como modalidad de transferencia de conocimientos y de propuestas didácticas”. En un país tan diverso como el nuestro geográficamente hablando, multicultural y plurilingüe este hecho de multiplica, y hace mucho más compleja la transferencia de los mencionados conocimientos, menos cuando estos no han sido priorizados y se van echando mano al desarrollo de algunos temas del Currículo no articulado a las unidades de aprendizaje debidamente ajustadas a las necesidades de los estudiantes.

Además Peri agrega “…Efectivamente deberíamos encarar este período en particular como que ahora la única educación posible es una educación a distancia, con distintas modalidades, características, recursos pero la forma que nos permite seguir manteniendo viva o activa la llama de la educación en un contexto de clases presenciales suspendidas, pero como sistema educativo hemos asumido la responsabilidad de mantener la educación en estas condiciones y crear las condiciones para que cuando venga la presencialidad nos encuentre lo mejor parados posibles”. En ese sentido es muy importante pensar que hay diversas formas que nos permitan apreciar y encarar el progreso de los estudiantes por grado, entonces debemos entender la evaluación como una modalidad que acompañar al estudiante y motivarle a no abandonar sus estudios; que perciban que si son evaluados no es con la obligatoriedad de acreditar o calificar las áreas de aprendizaje sino que el principal propósito es de dialogar sobre sus dificultades y aciertos, sus avances y retrasos, pudiendo fomentar la autoevaluación en la toma de conciencia de sus propios procesos por los que aprende generando con ello una situación formativa a partir de la Evaluación, y que las autoridades y docentes comprendan que esta evaluación formativa tienen un mayor impacto en la mejora de los aprendizajes; claro que la exigencia está en hacerla bien y que requiere que ambas partes. Que los docentes comprendan que requiere de más tiempo para hacer una retroalimentación y de los alumnos su compromiso por escuchar y/o revisar los comentarios de sus docentes.

En este contexto la evaluación no es la prioridad, la prioridad es mantener el vínculo, el proceso educativo activo, que en este tiempo los muchachos vayan aprendiendo a través de formas más integradas de aprendizaje, de los desafíos; tratar de superar la fragmentación curricular que es aún más problemática en la educación a distancia, afecta los resultados finales y por esa razón es más importante cambiar los moldes tradicionales por nuevas formas y con las normas y mensajes que se envían siguen llevando a los maestros a la disyuntiva entre poner una nota o hacer la retroalimentación cualitativa. En este marco los docentes, autoridades y padres de familia están desconcertados por los mensajes contradictorios cuando por los medios de comunicación se les indica que los trabajos, tareas y portafolios son las evidencias con los que serán evaluados los alumnos y con ellos determinar su promoción o no de grado, mientras que el titular indica que “en su momento se decidirá si los estudiantes pasan o no”.

¿Qué ocurre en otros países con la evaluación?

Por un lado, resulta tremendamente complicado organizar de manera improvisada una experiencia satisfactoria de aprendizaje a distancia y aún mucho más de evaluación en línea. Por otro lado, existe un número indeterminado de estudiantes cuyo derecho a la educación se ve amenazado por cuestiones sanitarias, familiares, socioeconómicas o tecnológicas. En todo caso, hay dudas razonables acerca de cómo están transcurriendo la enseñanza y el aprendizaje en estas circunstancias y sobre cómo se debe realizar la evaluación en esta situación de confinamiento y rodeados por una pandemia todavía por controlar.

Evaluación de estudiantes en tres países OCDE: Estonia, Finlandia y Dinamarca las normas legales establecen que la evaluación de los resultados de aprendizaje de los estudiantes en los primeros años de la educación básica (en la educación primaria) debe o puede, según sea el caso, registrarse en reportes verbales o escritos, que no están asociados a una escala numérica de valores. Es en los últimos cursos de la educación básica (secundaria baja), cuando las evaluaciones se registran en una escala numérica, de valores discretos (sin decimales).

Por otro lado, en los tres países se norma una evaluación de fin de ciclo, en los últimos dos grados de la educación básica. No obstante, cabe destacar las diferencias en el tipo de evaluación que se aplica. En el caso de Finlandia, la evaluación de fin de ciclo la realiza el profesor del establecimiento del estudiante, y está basada en una carpeta que contiene los reportes de evaluaciones anuales de los estudiantes, así como diversas muestras del trabajo del estudiante, en los últimos dos años de la educación básica. Por su parte en los casos de Estonia y Dinamarca las evaluaciones de fin de ciclo en la educación básica corresponden a pruebas nacionales estandarizadas que miden el logro de aprendizaje de los estudiantes en las materias del Curriculum.

En el caso de países de la OCDE se plantean 4 escenarios de evaluación ante la situación de pandemia, pero el proceso de toma de la decisión dependerá de los Ministerios de Educación, las DRE y UGEL, los centros educativos, los docentes y las familias. Estos cuatro escenarios son:

Escenario 1 “Autonomía de los Centros”: El Órgano central y los entes descentralizado no toman ninguna decisión relativa a la evaluación más allá de mantener el funcionamiento de la docencia y la evaluación similar a una situación “normalizada” del sistema educativo. Se invocan la autonomía de los centros de tal forma que sean estos quienes tomen la decisión respecto a la evaluación de su alumnado. En consecuencia, se observan, por tanto, en este escenario la diversidad y las diferencias que muestra nuestro sistema educativo respecto a la evaluación y promoción a lo largo de las diferentes etapas educativas.

Escenario 2 “Ajuste del Currículo”: El organismo central y las DRE acuerdan un currículo de mínimas competencias y contenidos, que los centros educativos ejerciendo su autonomía y dentro del marco legal pertinente así lo articulen, los docentes se centran en unos objetivos mínimos para el último semestre escolar del año 2020 y evalúan estos objetivos mínimos con los medios que tienen a su disposición.

Escenario 3 “Evaluación Positiva Condicionada”: El organismo central acuerda otorgar valoración positiva del año escolar 2020 a todo el alumnado siempre que se cumplan con determinadas condiciones mínimas que puedan ser vinculadas a la realización de determinadas tareas por parte del estudiante. Pero este escenario requiere de dos condiciones importantes: la primera ofrecer al alumnado y a los centros educativos los recursos que se estimen necesarios para la realización de las tareas obligatorias y sus correspondientes adaptaciones curriculares; en segundo lugar, la evaluación positiva requiere la realización de actividades educativas y refuerzo curricular una vez acabado el confinamiento y abordar el primer trimestre del desarrollo del año lectivo 2020-2021 como un momento de revisión de los conceptos fundamentales o reforzamiento, una vez recuperada la normalidad.

Escenario 4 “Evaluación Positiva sin Condiciones”: El sistema educativo podría considerar que la responsabilidad de un posible fracaso escolar en las condiciones actuales no debe recaer en los estudiantes y sus familias, dados los problemas derivados del cierre de las escuelas. Por ello, el sistema educativo evitaría una posible situación de fracaso generalizado (especialmente en aquellos centros que atienden a la población estudiantil en situación de desventaja) garantizando la promoción y fomentando planes específicos de refuerzo educativo durante el resto de 2020 y durante todo el 2021.

En todos los casos el profesorado es el principal agente del proceso educativo, cualquiera de las decisiones requiere de su compromiso, comprensión y visión del proceso y de sus actuaciones dependerá el éxito de cualquier propuesta de reforma, transformación o mejora. Junto a ello será imprescindible un trabajo intersectorial y un sinceramiento de la data y estadística del sector lo más aproximado en cada realidad o ámbito intervenido. Señalar con claridad la importancia de las diferencias entre distintos entornos socioeconómicos y culturales o la necesidad de adaptarse a situaciones particulares de familia, entorno o situaciones particulares del alumnado. Es muy probable que no se dé un escenario en que la mayoría los docentes estén de acuerdo, pero si todos tenemos que estar de acuerdo en que el único objetivo que tenemos en mente es: “Garantizar el desarrollo integral y Bienestar de nuestros alumnos”.


Escrito por

Alejandra Martinez

Periodista egresada de la PUCP con experiencia en periodismo digital en temas de política y economía


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