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Orígenes del actual desempleo y posibles alternativas

Publicado: 2018-04-24


Estas últimas semanas escuchamos acerca de la falta de trabajo en Lima y el país, que bordea alrededor de 450,000 personas solo en Lima, entre sus orígenes se encuentran la paralización de grandes proyectos de infraestructura, como la denominada reconstrucción del norte, el aeropuerto Jorge Chávez, el aeropuerto de Chinchero, el reinicio del tramo 2 del metro de Lima, algunos de estos proyectos tienen algo en común, el haber sido cuestionados por hechos de corrupción, y esto se acentúa más aún por toda la estela de corrupción que generó Odebrecht en el sector construcción y sus orígenes en el financiamiento de campaña de muchos políticos.

Sin embargo, es acaso la causa principal del actual desempleo la corrupción, desde mi punto de vista no necesariamente, antes de la bajada del empleo de los últimos doce meses bajaron nuestros niveles de producción manufacturera por cuatro años consecutivos, la más prolongada de los últimos 60 años, etapa en la que se perdieron 75,000 empleos industriales (Diario Gestión,2018) y esto es en parte entendido por poner como única locomotora a la minería, locomotora que jalaría todos los demás vagones que son en su mayoría sectores como la construcción, transportes, alimentos, alojamiento entre otros servicios, dejando de lado a otros grandes sectores productivos.

Es entonces cuando vemos que la principal fuente de empleo del país era la etapa de construcción de los proyectos mineros y el canon, con el que se generaban proyectos de infraestructura en las regiones que lo percibían, como Junín, Cusco o Arequipa y como ya no hay grandes proyectos mineros prontos a ser construidos, excepto Michiquillay, y tampoco los niveles de canon que generaban obras en las regiones, esto sumado a la paralización de las grandes obras de infraestructura mencionadas inicialmente, impactados por todas las denuncias de corrupción del último año, impiden su pronto inicio y generan gran parte de estos niveles de desempleo.

Finalmente, una vez más vivimos aquello que Basadre denominaba la “prosperidad falaz”, esporádica, temporal, pero sobre todo sin planificación, planificación que permitiría desarrollar e incentivar otros sectores productivos con el mismo ímpetu y ahínco como el que recibió la minería, pero que pueda aportar trabajo de calidad y sostenible en el tiempo, sectores como la manufactura, la agricultura intensiva o el turismo, sectores que se desarrollan de manera aislada pero que no reciben un mínimo de atención política como sí lo hace la minería con sus lobbies en el espectro político y de medios de comunicación. Claramente la minería es un gran motor que hay que saber aprovechar, más aún ahora cuando aumentan el precio de los minerales, pero no tenerla como única locomotora, y es de sentido común, puesto que si en tu hogar te quedas sin empleo temporalmente, un negocio o una renta puede hacer frente a estas circunstancias; haciendo un uso más óptimo con parte de las rentas mineras, como el desarrollar otros sectores productivos que si pueden generar empleos de calidad y sostenibles en el tiempo y esto solo se logrará con planificación y decisión política.


Escrito por

Alejandra Martinez

Periodista egresada de la PUCP con experiencia en periodismo digital en temas de política y economía


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